martes, 22 de febrero de 2011

Matías Perego “Compilado”

Conurbano bonaerense.
Zona imbricada en laberintos, puentes, cruces de vías, vías muertas, callejones sin salida, televisores que hablan toda la noche en bares que nunca duermen. Y de esa red febril, tan expuesta y tan oculta, surgen los trazos cómplices de Matías Perego, con pinceladas que a veces parecen píxeles, como la pantalla de un viejo Noblex al que la clientela mira mientras apura un coñac. Pero el artista rescata a los personajes de ese caos nocturno, para ordenarlos en una síntesis estructural.
Perego realizó muestras en Bacano, Sonoridad Amarilla, Planeta Cúbico, entre otras galerías, y sus obras integran colecciones  del exterior y de nuestro país.
Ha colaborado con ideas visuales para los grupos Divididos, El Otro Yo y Rosario Bléfari y sus trabajos llevan el título de una canción, alguna frase de una estrofa o nos relata la música que acompaña el proceso creativo. En ellos, sus anómalos personajes, grotescos o cándidos, son los mismos que nos devuelve el cristal de un bar al mirar en su interior; aparecen resaltados, hípermediados. 
Y esa es parte de la pureza de su obra.

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